Hay canciones que en cuanto empiezas a escucharlas sabes que son especiales. Canciones que hacen que se pare el mundo y entras en trance esos minutos en que solo existes tu y la cancion. Y eso me paso en un tren camino de Kii Katsuura en Japon. No se si es que hacia ya varios dias que no escuchaba musica, o si me cuerpo ese dia estaba especialmente sensorial, pero el caso es que en cuanto empezo a sonar Going Going Gone un torrente de emociones se desboco dentro de mi. Y si es una cancion de Dylan y si su voz aqui me apasiona, pero es que a su lado tiene a The Band y eso son palabras mayores. Porque es imposible resistirse a los lamentos de la guitarra del Roberston enmarcados por los teclados de Hudson y las lagrimas de Manuel al piano. Es de esas canciones que acaban demasiado pronto partiendote el corazon. Y te dejan lamentado el no poder estar un segundo mas con ella. Gracias Dylan por haber creado esta masterpiece y haberla compartido con la banda.
Luego en el «laboratorio» investigando he encontrado dos versiones tambien estupendas pero claro Roberston no estaba en ellas.