Hoy tocaba una de las guindas del viaje asi que cruzamos los dedos para que todo fuera bien y nos hiciera buen tiempo. Y nuestras plegarias fueron escuchadas. Cogimos un tren que nos llevaria de Belfast a Coleraine, donde teniamos que coger un autobus para llegar a Bushmills, donde pasariamos la noche. Nuestro hotel, el Finn MacCools Public House & Guest Inn, un pub con habitaciones, regentado por gente muy maja. Bushmills estaba de celebracion no recuerdo ahora bien que celebraban pero las calles estaban decoradas para la ocasion.
Dejamos las cosas rapido, dimos una vuelta por la calle principal y alli esperamos a que llegara el autobus que nos llevaria hacia Ballintoy el incio de nuestra caminata. Un poco de nervios porque no sabiamos si estabamos esperando en la parada correcta. El autobus se retrasaba y haciendo aumentar las dudas. Finalmente llego y partimos. Al llegar a la Calzada del Gigantes, estuvimos casi media hora en caravana para poder sortear la entrada del lugar y seguir hacia nuestro destino en un autobus lleno hasta los topes y sin aire acondicionado. Llegamos a Ballintoy a la hora perfecta para comer, alguien ya estaba contento. Ademas ya conocia el lugar de mi viaje en el 2008 cosa que me alegraba doblemente. Mejillones y Pollo, comida de pub, correcto. Coincidimos en el lugar con un autobus de turistas que entraron en tropel para comer con nosotros y hacerse fotos en el trono expuesto en el pub de la serie de marras.
Y tras esta nos tocaba cruzar la verde montaña hacia la Calzada. Desde el puerto de Ballintoy, hasta la Calzada, visitarla y luego desde alli hasta Bushmills. Total unos 20 y tantos kilometros. Uno de los paseos mas bonitos y satisfactorios que haya hecho nunca. La naturaleza llena de formas y colores, el sol, el viento…Y eso que a diferencia de mi primera vez, la zona esta mejor habilitada, el camino marcado y todo mas facil aunque es verdad que ha perdido es plus de libertad y aventura. Y la Calzada pues ya sabeis, con su maravillosa leyenda sobre gigantes irlandeses y escoceses y un paraje de una belleza sin igual. Durante el trayecto, habra que subir y bajar verjas por escaleritas, trepar por rocas y sobretodo dejarse deslumbrar. En medio de la ruta, las ruinas del castillo de Dunseverick.
De vuelta en Bushmills teniamos la intencion de cenar en el pub donde nos alojabamos pero se ve que no servian cenas, asi que nos acercamos al Bushmills Inn. Un restaurante de hotel bastante pijillo. Un entrante a base de caballa, un plato de lubina y Lolita que no tenia demasiado hambre se pidio una tabla de quesos. Estaba bien pero no para tirar cohetes. Y asi acabamos el que quizas seria el mejor dia de todo el viaje?