El dia y medio de vuelta fue una sucesión de visitas rápidas que acomodaban nuestra vuelta para darle respiros a Lola con el coche a fin de no morir estampados. Asi que pasamos el mediodía en Stuttgart, donde nos dimos una vuelta por la ciudad. Una ciudad que a simple vista se nos antojo amable, social y dinámica. Llena de eventos y gente en la calle. Comimos en un mercado de comida del norte donde todo tenia una pinta estupenda.
Dormimos en un hotel de carretera en Besançon, sin nada destacable que mencionar, cenando en un McDonalds algo rápido. Al dia siguiente volviendo a casa no pudimos resistirnos a visitar nuestro antro particular en Leucate y dar cuenta de una docenita de ostras y caracoles. Y finalmente llegamos salvos y sanos a casa.