Hoy teniamos otro dia movidito. Pronto por la mañana coger un autobus que nos llevara a Nachisan para poder sellar en el ultimo de los templos de Kumano y ver tambien la famosa cascada. Como durante todo el viaje, los trayectos faciles, bien señalizados y a la hora. Nachisan es un pueblo que vive del turismo con un monton de tiendecitas artesanales que te vas encontrando a medida que haces la subida al templo. Antes de partir les dimos la despedida a nuestros paraguas agradeciendoles los servicios prestados pero aliviados de no tenerlos que llevar mas. Al templo de Kumano Nachi Taisha se accede por unas largas escaleras en las que arriba de todo encuentras un gran tori rojo que te da la entrada al recinto. Un recinto amplio con unas vistas brutales, arboles en los que te puedes meter, varios edificios con gente trabajando…He de decir que en las anteriores entradas olvide mencionar que en varios de los templos asistimos a rezos budistas, en uno de ellos con una señora que nos explico mas o menos como iba el tema y Lola estaba tan contenta que no se conformo con la ofrenda del incienso que hizo anteriormente sino que aqui se marco tambien un tipo de ofrenda siguiendo las instrucciones de la señora. En fin sigamos en Nachisan donde seguiamos deambulando hasta llegar a la Seianto-ji Temple Sanjuno-to 3-Storied Pagoda, la pagoda de las 3 historias a la que subimos rodeados de figuritas de oro que no supimos descifrar. Luego vas bajando por un caminito hacia el Hiro Shrine donde se te curzan ciervos a la carrera, que te abre las puertas de la cascada tras bajar los 133 escalones que son exactamento los metros de la famosa cascada. Fotitos de rigor y de vuelta al bus que nos devolvia a Katsuura donde compramos provisiones para nuestro trayecto de vuelta a Osaka y recuperabamos nuestras maletas que habiamos dejado por la mañana en las taquillas por 700 yenes cada una.
Al llegar a Osaka de nuevo volvimos a callejear hasta llegar a nuestro Hotel (APA) en uno de los chekin in mas horribles de nuestras vidas. Todo digital hacias el check in tu mismo con unas maquinas y con unas colas tremendas ya que se deberia estar media ciudad en este hotel igual que nosotros. Al haber hecho cambios de ultima hora teniamos dos habitaciones distintas para cada uno de los dias. Se lo comente a una de las chicas que atendian alli y no se si porque no entendia bien el ingles o porque no le dio la gana de ayudarme que me dice que vale vale que me ponga en la cola y que haga el checkin yo lo hago con la promesa de que en la maquina me echara un cable. Llega mi turno y nadie se acerca, les suelto un par de miradas furtivas pero ni caso. Que en fin a trancas y barrancas consigo hacer el registro de los dos dias. Subimos a la habitacion en el piso veintitantos con la furia corriendo por mis venas. Tras calmarnos nos acercamos a un mostrador antes de irnos del hotel para ver si nos lo podian arreglar cosa que hizo la chica al instante y sin problemas. Porque no podia haber pasado por ahi primero es algo que no entendere nunca. A veces estos japoneses tienen la mollera muy dura. Paseito hasta Dontobori de nuevo para cenar el Chibo, un restaurante de Okonomiyakis brutal, donde sentados en la barra veias como te preparaban la comida. Como seguiamos flipando con la carne aparte de las tortillas nos pedimos un platito de carne para degustar. Una forma perfecta de acabar el dia.
