Nuevo restaurante japones en Barcelona. Fuimos Lola y yo a probarlo ayer noche. En terminos generales esta por encima de la correccion. No hay nada que nos pareciera extraordinario pero si que hubo un par de platos muy buenos. No tiene una carta abundante, pero tiene un poco de todo. Muy buena atencion del personal que al final nos invitaron a un chupito de sake. La comida bien preparada y presentada. No pedimos sushi porque teniamos ganas de probar los platos tipicos del restaurante que no habiamos probado en otros sitios y otros que si para comparar. Empezamos con una Berenjena al miso. No la habiamos visto nunca presentada asi. Correcta sin mas.
Luego llego el calamar con ajo negro y shiso. Estaba bueno pero es una tapa pequeñita y que cuesta casi 10 euros, asi que no creo que la repitamos mas.
Seguimos con el Usuzukuri, un plato con tiradito de pez Hamachi con salsa citrica de daikon, tirabeques y algas salteadas. Un plato rico que no acababa de fusionar del todo porque el sabor del wasabi estaba bastante presente, pero es una buena mezcla.
Pasamos luego a las mollejas confitadas. Lola que no sabia bien bien que comia se las comio con un poco de repelus pero la verdad es que estaban buenas con su salsita teriyaki. Luego mirando por ahi pudimos ver que las mollejas son viceras que forman parte del estomago de aves y bovinos.
Y ahora ya vendrian los dos platos que mas nos gustaron. Primero una tempura con anguila ahumada, langostinos, setas y vegetales que estaba buenisima. Tanto el rebozado como la coccion del material estaba en su punto. Eso si a pesar que distinguimos pescado, no supimos asociarlo con la anguila ahumada.
Y por ultimo un Yakimeshi con setas, anguila del delta ahumada y tartar de gambitas. Este si que estaba espectacular. La camarera nos dijo que hasta ella lo habia probado porque el cocinero se habia lucido. Al principio cuando lo pruebas te da la impresion de tener un sabor demasiado monocorde, pero a medida que avanzas comiendo con la anguila y sobretodo con el delicioso tartar de gambas el plato va cogiendo cuerpo y atrapandote.
De postre compartimos un cheescake con confitura de jenjibre que estaba a rico a pesar del jenjibre.
Al final como os decia sake invitados y paseito hasta casa. No se si volveremos alguna vez pues el lugar no acabo de seducirnos por la comida pero la verdad es que cenamos bien.
Me gustaría mucho conseguir hacer la verdurita de la tempura de esa manera, hecha pero crujiente y con ese rebozado suave. Mmm, delicioso! Eso y el arroz, que tenía ese toque crujiente del rossejat de las terres de l’Ebre, casi un diez!