Nos levantamos la mañana del 27 así así ya que algo no me sentó del todo bien el día anterior y pase la noche en el lavabo con una de mis famosas diarreas. Pero no hay nada como la terapia de shock + fortasec para dejarte bien. Así que tras enchufarme dos pastillas bajamos a desayunar en el hotel por uno 7 euros y algo en un Buffett de barra libre bastante apañado.
Nos fuimos hacia el metro para acercarnos a Europcar donde recogíamos el coche alquilado. Un Fiat 500 pequeñito y practico o eso pensé al principio. Este coche seguro que no le cuesta aparcarlo a Lola. Es una conductora bastante segura a grandes rasgos pero hay que tener en cuenta que los 10 primeros minutos que se monta en un coche son peligrosos. Luego tenemos mas peligro a partir de las 18H. Y por ultimo sus telones de Aquiles: aparcar y algunos bloqueos que aparecen bajo presión. Así como decía los primero minutos saliendo de Genova con el coche fueron duros, con Lola intentando domar al Fiat mientras se cagaba en las motos y demás coches que nos avasallaban por todos los lados. Al final del viaje Lola era un italiana mas capaz de saltarse normas de circulación como si nada. Eso si seguimos sin saber aparcar.
La intención era ir hacia La Spezia parando en diferentes pueblecitos de la costa. Camogli era nuestra primera opción pero Lola hizo una de las suyas y lo dejamos atrás. Luego fuimos hacia Santa Margherita Ligure. Un precioso pueblo costero que estaba camino de Portofino nuestro verdadero objetivo. Siguiendo google maps fuimos subiendo por una montañita que nos llevaba a un callejón sin salida. Volvimos atrás y lo volvimos a intentar cuando casi chocamos con un coche que subía a toda pastilla por el medio de la carretera. Lola le grito al conductor, yo le grite a Lola y ella me grito a mí. Resultado: parar en un WC callejero para mí ultima colonización diarreica a causa del susto. Tras preguntar nos dijeron que no se podía llegar a Portofino en coche así que cambiamos de planes y nos fuimos hacia Rapallo.
Al llegar a Rapallo el puerta estaba que daba pena, lleno de yates y barcas medios hundidas en pleno puerto. Se ve que el temporal de hacia bien poquito había causado estragos. Dimos una vuelta por el pueblo y buscamos un lugar donde comer: Hostaria Vecchia Rapallo. Carpaccio tonno tartufo, ravioli orata y raviole pere crema formaggi regados por sendos vinos de la casa, uno rojo y uno blanco. De postre el mejor tiramisu que comimos esta semana y un pudding de coco.
En Rapallo vimos también que una de las calles llevaba el nombre de un cantautor genovés que ya vimos en su ciudad de origen y que seguiríamos viendo en toda la zona de Liguria.
Y de ahi hacia La Spezia. El hotel (habitación) al lado de la estación de trenes, practico, limpio pero con una cama antigua que hacia mucho ruido (me entendéis no?) y unas almohadas no muy cómodas. Vilma nos dio algunas buenas instrucción como donde aparcar el coche. Tras descansar algo nos dimos una vuelta por la ciudad buscando un sitio para cenar. Pasamos por la Chiesa Cattolica Parrocchiale (N.S della Salute) y luego por una de sus arterias principales Via de Fiume- Via del Prione camino de L, Sevieri Locali Storici donde cenamos un foie con fruta caramelizada, unos boquerones fritos, spaghetti a la amatriciana y lasagnette con alcachofas. El pan estaba riquísimo.
Eres muy gracioso… me haré famosa gracias a las leyendas que inventas a mi costa….!
Nada de leyenda, aqui tenemos pruebas jajaja