Empieza otro viaje al volante por Francia de ahí el titulo de la entrada. Como habréis adivinado se trata del tema de los Beatles que os pondre un poco mas abajo. El caso es que me lo he sacado un poco de la manga, porque no me pregunteis porque, yo pensaba que el estribillo de la canción decía: Baby you can drive my car, everything is gonna be allright, cause baby i love you….Evidentemente ha sido mi subconsciente buscando algo con lo que titular un viaje con Lola conduciendo. Y ahora estaréis pensando, porque tienes que titularlo asi?. Pues porque Lola al volante me vuelve loco pero si no fuera asi, no seria Lola y precisamente la quiero porque es Lola. Esta vez no nos cargamos ningún coche ni tuvimos problemas aparcando, al revés ella estaba muy orgullosa de haber aparcado maravillosamente bien en un parking de Toulouse en el que cabía un trailer. Pero esta vez Lola decidió que no iba a correr con nuestro Fiat 500 (elegido por sus recuerdos de conducción dionisiaca en Italia) y aqui la liamos. Porque Lola no soporta que la piten, le hagan luces o formar colas pero contradictoriamente eso es lo que conseguía con su conducción extra prudente. El resultado es ella de los nervios y yo aullando. En fin momentos que fortalecen nuestro amor…
Salimos de Barcelona camino de Albi donde nos íbamos a alojar como base de operaciones para conocer esta zona de Francia. La intención era hacer una parada antes de llegar en Montolieu para comer y recargar energías. Lola había escogido el pueblo porque es conocido como el pueblo del libro y las artes. Como siempre me encargue de la musica y la que destacaría de este dia fue el American Girl de Tom Petty. Llegamos a mala hora al pueblo y temíamos lo peor pero finalmente pudimos comer en un hotelito con restaurante regentado por una pareja británica. E hicimos una comida sensacional a base de sendos magrets de pato con verduritas y un tartin de morcilla con manzana delicioso. De postre una tarta de queso con lima y mango. Tras llenar la barriga dimos una vuelta por el pueblo que parecía abandonado, con casi todo cerrado y ni una alma en las calles.
Y llegamos a Albi por la tarde de noche y un frio de cojones. Y aqui empezó otra odisea. Como si de una gincana se tratase teniamos que encontrar el apartamento 5 y seguir unas instrucciones en francés para poder entrar en el edificio y hacernos con las llaves para poder entrar en el apartamento. La dueña hablándonos por el interfono y enviándonos sms. Yo sin saber francés y Lola colapsada. Finalmente con uno de mis eurekas lo conseguimos. Lola estaba tan colapsada que ni se le apareció su alter ego Domino Lola, asi que nos dirigimos hacia la ciudad lloviendo y congelados. Dimos una vueltecilla por las callejuelas buscando un sitio donde cenar. Pasamos por el mercado de «gourmandes» y finalmente recalamos en el Pont Du Tarn, un restaurante pijillo donde nos atendió un somelier muy agradable que chapurreaba español. La cena regulera, con un aperitivo de queso (no me pregunteis porque últimamente siempre pillo con eso), un pate al whiskey con naranja para compartir y unos quesos para Lola y un plato de Tosa Mi De Veau para mi. De postre una mouse de dos chocolates. Todo regado con sendas copas de vino sugerencia de nuestro nuevo amigo. Tras esto a casita a jugar unas partidas al Through The Ages antes de dormir. Por suerte teníamos calefacción y nuestras almohadas.